Los deportistas y las personas que sufren enfermedades raras tienen muchos objetivos en común. Siempre miran hacia delante, necesitan superarse cada día y sus logros son el fruto de la constancia, el esfuerzo y el tesón
Sin embargo la gran diferencia es que mientras un deportista juega para competir, una persona con una enfermedad rara compite para lograr un diagnóstico y un tratamiento que aumenten su esperanza y calidad de vida.
Fernando Torres